01 septiembre 2009

Volver.

Volver a levantarse tras las caidas. Esa es la lección más sabia que he aprendido en mis años de vida. Que cuando uno cree que ha tocado fondo, es el momento preciso para sacar la mayor de las sonrisas, aprender a reirse de uno mismo y de la circunstancia que le ha tocado vivir. Mirar al frente y secarse las lagrimas, y pensar en lo que vendrá ahora, sin miedo a nada, sin miedo a nadie, sin miedo a ausencias ni presencias.
Volver a escribir, eso es lo que hago hoy. Tras meses de vacío y de hastío. Hoy de nuevo necesito contar la verdad de mi vida, mi verdad. Hoy de nuevo necesito expresar lo que llevo y ser voz que clama en el desierto, sin miedo a no ser oído más que por los granos de arena. Necesito soltar esto que me atenaza, que me hace sufrir.

Comienza ahora una nueva etapa en el blog. No quiero grandes palabras ni discursos. Sólo quiero expresarme. Tenía miedo y pereza por volver. Pero ya estoy aquí. Ahora no quiero divagaciones largas y sin sentido, me basta con la verdad precisa y directa, sin rodeos.
Las palabras bonitas nos alejan del sentimiento real. Acostumbramos a dar grandes vueltas en torno a una idea, para no ser mal entendidos, pensando que con muchas palabras se nos entenderá mejor. Y a veces estropea más que arregla. Enturbia y tapa lo que de verdad se quiere expresar.

Vuelvo espero que para no irme de nuevo. Para guardar este pedazo de mi como oro en paño, y para cuidarlo como lo más íntimo que tengo: yo mismo.

No hay comentarios: