22 agosto 2008

Madrid: ciudad desgraciada. Un reflejo de España.

Madrid: ciudad desgraciada
No se que nos pasa pero nos pasa todo. Cada cierto tiempo tenemos una noticia que nos amarga la existencia a los madrileños, que da un revés a nuestra situación, que nos aleja de la grandeza a la que aspiramos.
Ahora ha sido un accidente aéreo de grandes magnitudes. Algo que en todo el mundo ha sido comentado. Hace 4 años fue el 11-M... tremendo. De cifras similares al incidente actual pero de mucha más carga sentimental porque no se trató de un “accidente” como en este caso sino de un atentado terrorista, un acto intencionado.
Ambos casos son muestras de la vulnerabilidad de nuestra ciudad. De que hoy somos y mañana no somos. De que todo en la vida es relativo y que en esta ciudad, en la que nos complacemos de nuestra buena vida, de nuestro buen vivir... hoy estamos y mañana no. Hoy tenemos y mañana no.
Tan fácil como explicar que a Barcelona, la niña bonita del Mediterráneo, la cuidan y engalanan, la tienen respeto... hasta la dieron unos juegos olímpicos que a nosotros en 2005 nos fueron rechazados. Madrid, la villa y corte, recibe constantemente palos a su grandeza. Roturas en su casco urbano, que lo resquebrajan, que lo llenan de tristeza. No se porque es así, quizá la envidia ante un crecimiento sin historia. El haberse convertido en capital sin la historia romántica de otras ciudades como Toledo, Valladolid o Zaragoza... sin romántica historia pero con seres funcionales y trabajadores. Capital de un Reino que como el casco urbano madrileño se resquebraja...
Spain is different. Últimamente lo oigo mucho. ¿Dónde hay accidentes aéreos? En los paises del tercer mundo... y ahora en España, el país donde un técnico se iría antes a tomar el bocata del almuerzo que arreglar un posible motor roto. El país del “Vuelva usted mañana”. El país de “Hecha la ley, hecha la trampa”.
Y luego nos quejamos de cómo nos va... es ridículo.
Si queremos ser un país ganador (estos JJOO ya lo estamos viendo, que nuestro país está a años luz de por ejemplo Alemania, Reino Unido o Francia sin irme muy lejos) tenemos que en primer lugar aunar fuerzas y no caminar cada uno por su lado... y en segundo lugar, pensar que el éxito exige un sufrimiento, un trabajo... y que no nos va a caer nada del guindo.
Estoy harto de la mentalidad del Lazarillo de Tormes que asumimos constantemente. Realmente es una vergüenza viajar por Europa y ver el poco aprecio que nos tienen por lo mangantes que somos...
Señores españoles, ¿qué país queremos? Y madrileños, ¿qué ciudad queremos? Pues luchemos un poquito...

18 agosto 2008

El equilibrio cabezacordigenital

Este equilibrio se basa en la conjunción correcta de los tres motores de nuestro hacer: la cabeza, el corazón y los genitales.
Por supuesto, para la definición de este equilibrio me refiero al genero masculino y heterosexual al cual pertenezco y al que creo conocer su funcionamiento por la experimentación llevada a cabo en mi mismo. Al genero femenino pudiendo ser validas las conclusiones desarrolladas en este escrito, no han sido probadas en seres humanos sino que tan sólo son suposiciones y teorías. En cuanto a los sexualmente inclinados a la homosexualidad no tengo ni idea de cómo de acertadas son estas conclusiones por desconocimiento absoluto.

El equilibrio de un ser humano parece que se encuentra en situarse en el punto justo en el que cada uno de estos motores es válido y acertado. La virtud está en el término medio y más en este caso en el que las decisiones y hechos desencadenados en la vida del ser dependen de lo decidido por este equilibrio. Por tanto, el equilibrio perfecto es el punto medio del triangulo que conforman la cabeza, el corazón y los genitales.
Cuando una persona tiene un equilibrio perfecto cabezacordigenital se le supone más feliz, más coherente, más (hablando redundantemente) equilibrado. Se le supone como ser humano, pero a su vez la cultura en la que vive y la moral adquirida a lo largo de los años pueden hacer que un ser, equivocadamente a lo establecido idealmente, sea infeliz en el punto medio del triángulo, o que sea tremendamente feliz en uno de los extremos.

La persona que pone su equilibrio tirando al extremo de la cabeza, pensará fríamente cada una de las decisiones que tome en su vida. Será una auténtica maquina de hacer dinero, un auténtico trepa, un ser antisocial o un ser sin escrúpulos en lo que todo debe tener una utilidad o un fin.
La persona que pone su centro en el extremo del corazón, acabará hundiéndose por todos los demás que no lo pusieron en ese lado. Será un ser extremadamente sensible y débil, poco reproductivo y poco elegido por los del sexo contrario, frágil ante las agresiones externas y tremendamente influenciable. Sin embargo esta persona sólo se hará daño a si misma.
La persona que deja su equilibrio en el extremo de los genitales pensará siempre y en todo lugar en como mejorar su función meramente reproductiva: buscará una imagen ante todo y ante todos, empleará un lenguaje en el que estará muy presente lo sexual, será un ser social en el que se relacionará con aquellos que considere atractivos y tomará decisiones impulsivas y sin premeditación... dejándose lleva por lo que el genital le marque.

La combinación de dos extremos dejando de lado al tercero de ellos provocará seguro consecuencias incontrolables y tremendamente sádicas como un equilibrio cordicabeza (una persona despreocupada de su imagen y que con su trabajo proporcione la vagancia de otros así como su desequilibrio), un equilibrio cordigenital (una persona en la que lo meramente reproductivo se entremezcla con sentimientos engañosos de enamoramiento constante) o un equilibrio cabezagenital (o como ser una maquina reproductiva a base de aplastamiento sobre los demás de la especie con maldad y premeditación).
Evidentemente, en todo esto hablamos de extremos, no de personas que ligeramente han decantado su centro hacia algún lado. La gran parte de la gente tiene un cierto desequilibrio, cifrándose los desequlibrados extremos en un pequeño porcentaje similar al de aquellos que encontraron el equilibrio perfecto.

La persona que finalmente encuentra ese punto medio de equilibrio perfecto será desde luego irreprochable a ojos del resto de su especie, pero no por su imagen (como puede darse en el caso de un equilibrio sólo genital) ni por su inteligencia (como el que se deja en manos de la mente, de la cabeza) ni por su bondad (como el desequilibrado por el corazón) sino por su ser mismo, por su integridad y perfección.
Finalmente y sin lugar a dudas también es necesario indicar que para que estos resultados sean válidos debe tenerse las 3 capacidades en funcionamiento y a un rendimiento normal. Es decir, se debe tener capacidades. Existen personas que dichas capacidades no las tienen desarrolladas por lo que su equilibrio supone simplemente en vivir y no pensar, ni sentir ni reproducirse... lo que los convierte en seres más cercanos a otras especies. Este estudio tan sólo es válido en caso de estar en la media o por encima de ella de capacidades en los motores de la cabeza, el corazón y los genitales.

12 agosto 2008

Entre la envidia y la pena.

La primera duda que me asalta al abordar este tema es el título. He puesto este título pero bien podría haber puesto otros dos que valdrían igualmente como “unos crían la fama y otros cardan la lana” o “Triunfo social libre o ermitaño coherente coartado”. Finalmente elegí este porque es el más entendible y atractivo para un lector ajeno a mis pensamientos y quizá me alejo también del refranero español tan manido. Además, quizá refleja mis sentimientos.
Al grano. En la vida los duros triunfan. Los que tienen la cara más dura. Los que van echándole morro a la vida y no respetan el espacio del que tienen al lado. Los que ponen una coraza delante de los sentimientos. Los que se muestran esquivos para hablar de ellos mismos. Para mi es injusto.
Para mi, debería triunfar el sensible. El que presta atención a los pequeños detalles. El que prefiere un cara a cara ameno y cercano, a un tira y afloja como si fuera una negociación en su relación con las personas. Sin embargo, este no triunfa, este se siente perdedor, se siente estafado.
En mi vida, me he sentido como este último que os comento. Muchas veces. Demasiadas. Un día en mi vida las tornas cambiaron, sentí que las cosas me empezaban a ir bien: trabajo, situación de pareja, ir el primero en algunas facetas de mi vida... pero jamás le eché cara a la vida. La tenía respeto.
El que triunfa a base de cara, a base de abusar del otro, lo tiene más fácil. Lo tiene más fácil sobretodo por una cosa: si no es descarado, socialmente tiene el éxito asegurado. Si emplea bien las técnicas de hipocresía y lameculeo, de falso colegueo, de interés, de comunicación basada en el te doy y te quito... lo tienes hecho. Pero no es justo. Al menos en mis esquemas.
Mi camino ha sido mas difícil que el de otros. Y siempre en la cabeza con una pregunta: ¿merece la pena ser buena gente cuando ves que socialmente el que triunfa hace lo que quiere? Y sinceramente, no encuentro respuesta.
Y tu amigo, has elegido ese camino. Has elegido trepar hasta la cúspide, pasando por donde quiera que tengas que pasar. Has elegido el triunfo social. Has elegido criar la fama. Has elegido hacer lo que te salga de la polla. Has elegido usar a las personas, según el interés en cada momento. Has elegido una vida de vicios y desfases. Has elegido hartarte a follar... ¡animalito!
Y te envidio. Sinceramente te envidio. Porque tu estás eligiendo en cada momento. Porque no te reconcome la conciencia (aunque a veces me dices que sí, luego lo vuelves a hacer con lo que mucho no te debe influir). Porque hablas a todos con una sonrisa en la cara, y luego no te importa ponerlos a caldo en su espalda. ¡Qué bien juegas tus bazas! Envidio que seas capaz de medirte y no poner mala cara a quien no te cae bien. Envidio que en definitiva tienes ese éxito social del que yo careceré siempre.
Y me das pena sin embargo. Porque eres apariencia. Porque estás vacío. Porque tu éxito es una farsa, porque no eres tú, sino una imagen de lo que tú eres. Tú no eres, sino pareces. Y sin embargo, que bien te va con eso... joder.
El problema que tengo me lo dijeron el otro día: “no eres libre”. Y es totalmente cierto, no lo soy. No hago lo que se me pasa por la cabeza o por la polla. Intento seguir lo que me dice el corazón. Y eso me hace “supuestamente” feliz. Pero cuando entro en comparación con el que tengo al lado, y le veo que hace lo que quiere y le va bien, que la gente le adula, que la gente le da lo que quiere, que tiene el camino más fácil que el mío... entonces es cuando me pongo de mala leche, me frustro y me quemo. Es complicado ser coherente con el corazón cuando ves una sociedad de tiburones. Cada vez más. No estoy libre, ni lo estoy ni lo soy. Vivo coartado. Pensando en lo que el otro me va a decir. Me afecta demasiado. Intento agradar pero no soy capaz. No se callarme lo que yo llamo verdad. Y por eso me ha ido mal muchas veces.
Yo elegí ser ermitaño. Cardar la lana. Elegí el camino difícil porque me dijeron que merecía la pena. Y seguiré en él, aunque vea que el mundo es injusto. Intento creer en otro mundo. Seré iluso pero tengo que vivir así. Atado. Pero estas ataduras al menos no hacen que por las mañanas me levante sintiéndome como si fuera una rata...

07 agosto 2008

Un mes de agosto

Pues sí. Mucho calor, eso es lo primero que está claro. Pero a mi realmente tampoco me desagrada tanto. Creo que cuando era chico me era mucho más desagradable. No podría vivir en una ciudad costera con calor pegajoso... por eso tengo ese recuerdo infausto de Barcelona. Ahora este calor seco, este calor que te invita a no salir de casa es para mi una bendición de tiempo en mi vida, una bendita tranquilidad. Relax.
Trabajo sólo de mañana ahora. Y la verdad... una tarde entera para uno es realmente un regalo. Puedo ver la tele tranquilamente tumbado en la cama. Puedo estar horas en el ordenador haciendo nada. No tengo deberes con nadie que me hagan moverme antes de las 7 u 8 de cada día. Me encanta. Para mi son vacaciones esto realmente. No voy a osar que nadie me quite esta calma, este gobierno de mi vida llevada a la deriva, a la magnifica deriva del descanso, de la cabeza hueca, del pecado capital de la pereza.
Mi mes de agosto consiste en que no me vea el sol. Y lejos quedan ya mis tiempos de desfase, de llegar a casa tardío y levantarse destrozado... creo que ahora me cuido mucho más. Me voy haciendo viejo en todos los sentidos: me cuido más, hago menos actividades de riesgo, duermo mis horas, descanso... llámenme aburrido o no, pero ahora disfruto de eso. Creo que para el desfase tengo esos momentos contados donde te vas a un pueblo perdido con los amigos. En mi vida de cada día, no quiero despropósitos ya, me parece infantil (eso mis amigos creo que no lo entienden).
Mi novia está de vacaciones y tengo la sensación extraña de que estoy muy a gusto con ella lejos, sin hacerme planes constantemente, y sin tener la necesidad de pensar en dos a la vez. A lo mejor estamos tomándonos nuestra vida con demasiado énfasis. Corriendo y sin parar para descansar. Y eso quema. Creo que me quemo cada día, no se disfrutar del descanso.
De pequeño creía que dormir era una perdida de tiempo. Pensaba que podía jugar con los Legos más horas, si dormía menos. Con el tiempo supe aprovechar la noche para lo que era, descansar. Ahora que duermo menos (y me tumbo menos en el sillón) que en mi vida universitaria... noto que me falta algo. No es vaguería, simplemente es darle a cada momento su tiempo exacto. Me acostumbré desde siempre a vivir deprisa, a jugar en la raya que separa la ansiedad de la actividad. ¡Qué niño más nervioso! me decían. De nuevo, el tiempo me dio la serenidad, y ya no era activo en actos sino en pensamientos. Todo el día maquinando...
Y en estas que llega el agosto a nuestras vidas. Y me siento realmente necesitado de Agosto. Necesitado de su cansino sopor, necesitado del asfalto recalentado y necesitado de ausencias. Unas ausencias manifestadas en poco trabajo, cero preocupaciones, no movidas pastorales ni de ningún tipo...Agosto... nunca te he sabido valorar como ahora lo estoy haciendo.

Por cierto, nota: ¡Cómo me cuesta arrancar el blog cada mes! Parece que termina un mes y se me acaban las ideas. También es cierto que como os he contado en este post; tengo poco que contar. Bueno, como siempre, me comprometo a cuidarlo un poquito más...