06 mayo 2008

Salsa agridulce

A la vez que te digo que sí, te digo que no. A la vez que creo que solo puedo vivir, se que no es verdad. A la vez que creo hacer o decir lo mejor para ambos, me digo lo peor para mi mismo. Hay dudas que no son entendibles por la propia mente humana, ni por el corazón tampoco. Son dudas ante el mañana, y el mañana no nos da respuesta.
Es lógico y lo entiendo, tener esas dudas. Yo también las tengo. No se si el conformismo nos arrastra en el día a día, si somos trozos de madera empujados por la corriente del río hasta el mar. ¿Y cuando llegue el día en que lleguemos al mar? ¿Qué haremos? Nos quedaremos pensando: ¿Cómo he llegado hasta aquí? ¿Por qué me arrastró la corriente durante tanto tiempo junto a ti? Y nos diremos adiós. Y buscaremos más troncos más viejos o más nuevos, pero en definitiva diferentes.
La otra duda que asalta es la del futuro. Hubo un momento en mi vida en que no vi futuro sino presente. Con los años no veo presente sino futuro. Preparo el terreno para el futuro, me hago a la idea de cosas que tengo que asumir, aguanto cosas y amo cosas, y sobretodo intento cambiar cosas para dejar el terreno abonado para el futuro, para que en el futuro sólo encuentre flores y frutos. Me da igual las espinas del presente mientras que me labre un buen futuro.
El daño está hecho ya, ahora o en un tiempo, la cuestión es saber cuando se produce menos dolor. Salsa dulce de la vida pues la felicidad me embarga ante los múltiples acontecimientos que comparto contigo, salsa agria pues esta vez ante las dificultades nos amilanamos en lugar de acrecentarnos. Puede ser un síntoma de decadencia. Puede ser el principio del fin de un sueño que ya veíamos que tarde o temprano acabaría. Puede ser eso, o puede ser nada más que un simple bajón.
Sólo espero que las ideas fluyan por tu cabeza más de 5 segundos, que las decisiones que tomes en tu vida pasen por cabeza y corazón, que no seas superficial por una vez en tu vida, que de verdad te comportes como un ser humano.
Quizá lo mejor sea que uno se baje del tren en marcha, aún a costa de la leche que ambos nos podemos dar. Quizá sea lo mejor porque cuando lleguemos al final del trayecto no quiero tener que darme la vuelta para volver al origen. Pero eso tendrás que pensarlo más de 5 segundos.
Conformismo y futuro, dos palabras que se entremezclan, y dos palabras que realmente hacen dudar al más confiado. Conformarse es como morir. Pensar en el futuro es dejar de vivir el presente con la misma ilusión. Tu problema y el mío son el mismo y sin embargo tan diferentes actitudes...

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