15 enero 2009

¿Cómo gestionar una asociación cristiana?

En mi cabeza hoy tengo algunas cuestiones que creo que deben ser resueltas. El otro día asistí a una reunión de la Junta directiva de la asociación cristiana a la que pertenezco. Fui en calidad de invitado y fui a contar mi rollo ante diversas cuestiones de las que tengo responsabilidad, pero como invitado y ya que no era la primera vez se que puedo participar en cualquier momento y quedarme el tiempo que quiera.
Sentí que esa reunión se estaba convirtiendo en una reunión de una asociación de cualquier tipo: cargos que se cesaban porque no se cumplían objetivos, revisiones de eventos pasados desde un punto de vista de funcionalidad y de efectividad, y momentos en los que la tensión se podía cortar con un cuchillo. Algo bien diferente de lo que espero de una asociación cristiana.
Se supone que lo emotivo y lo sentimental deben estar bastante presentes en estas reuniones, entiendo que también debe estarlo la fe y por tanto los valores evangelicos. Pero yo vi más bien que cada uno se preocupaba por defender lo suyo y poco se pensaba en que realmente era una reunión de algo que se sustenta en Cristo.
Evidentemente, no puede ser una reunión en la que todo el mundo flote a base de espiritualidad pues es necesario una evidente planificación, una seriedad en los planteamientos... pero no se. Yo tuve la sensación de que se estaba desvirtuando un poco eso.

Pensé en como llevaría yo esas reuniones.
Para empezar pensé que las personas que estaban allí estaban pensando excesivamente en lo funcional, se necesitaban otros perfiles de persona en esa Junta: más hombres y mujeres de Dios y menos trabajadores eficientes programados. Había poco sentimiento entre los presentes.
Para mejorar el trabajo, descentralizaría el trabajo. Parecía que era necesario que todo lo decidiera la Junta, que todo lo discutiera la Junta... no es posible eso. A la Junta se deben llegar con propuestas, con opciones escritas y pensadas ya y ahí decidir sobre ellas. La Junta debe ser organo de aprobación o suspensión, no de discusión.
Por otra parte, la Junta trata temas que de por si misma no le conciernen, al menos por lo que he visto. Si se quiere hacer más plural y se quiere dar el poder al pueblo, hay que fiarse del pueblo. Hay que otorgarle privilegios y decisiones y sobretodo: hay que fiarte de él. No puede ser un constante vigilante de lo que hacen los demás y ahora mismo es un supervisor incómodo, el jefe que nadie desea. Y se dedica mucho más tiempo del debido a las revisiones o preparaciones de actividades, pudiendo ser un grupo de trabajo encargado de ello el que hiciera gran parte del trabajo sino todo, al menos que lo encaminase para no andarse por las ramas.
Y es que andarse por las ramas es el mayor problema... cómo gusta divagar y que poco presente está Dios en esas divagaciones. Lo que habría que hacer es tener a Dios más presente, al menos en el 51% de la reunión, pues para algo es cristiano, pero no les culpo, pues es más fácil hablar desde lo que uno piensa o siente que desde la propia boca de Dios.

Evidentemente, no puedo sin embargo discutir el gran trabajo que hacen, a pesar de que, como todos, tengan errores.
Yo nunca podré ser presidente de esta asociación pues para empezar no soy un ejemplo en nada de lo que debe ser un presidente. Además, creo que mis odios y diferencias hacia ciertas personas y actitudes, pueden más que el amor que pueda sentir. Y por si faltaba poco, creo que es recíproco por lo que creo que no sería un buen gestor. Por eso, tengo que reconocer que hacen un buen trabajo... porque es muy fácil criticar al torero cuando no eres tú el que está frente al toro, oyéndole respirar.
En definitiva, creo que yo también tengo que orar más y criticar menos.
Saludos a todos.

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