24 febrero 2009

Cerrado por derribo

No, de momento no.... no cierro el chiringuito.
Pero "Cerrado por derribo" es el título que me sale así, sin pensar gran cosa (no estoy para pensar) para el post de hoy.
Cerrado por derribo porque llevo casi dos semanas (y sin el casi) sin escribir aquí, en mi confesionario internauta, en el lugar donde digo lo que quiero sin importarme ni quien lo lea ni quien no lo lea. Y esto es así porque llevo dos semanas en que llegaba a casa absolutamente derribado y con insuficientes ganas para escribir tras pasar algún día unas 12 horas delante del ordenador.
Y hoy, llego y me empiezo a hacer preguntas: ¿cómo estoy? Y tengo que responder: muy muy contento. Estoy cansado pero por fin me siento en un crecimiento profesional e incluso vital que hace tiempo que no tenía. Sin embargo tengo dudas. En estos días me ha asaltado la duda de que quizá no soy tan bueno como pensaba. Me he encontrado gente que profesionalmente es realmente buena, mucho mejor que yo. Y me he asustado porque he vivido tres años en la inopia, viviendo de las rentas, de lo heredado de mis años de estudiante en los que con cubrir el expediente y poner buena cara, era suficiente. Durante años no me he encontrado retos en mi vida mayores que organizarme un viaje o comprarme un coche. Y ahora tengo retos, pequeños retos en que se convierte ser mejor cada día en el trabajo y llegar a tiempo a las entregas estimadas.
Y me surgen más dudas: ¿cuales son los retos de mi vida? Pues realmente no lo tengo claro. Hoy mismo pensaba en lo poco que me atan las cosas a esta vida y lo desligado e independiente que puedo ser de amigos, parejas, familia, apego a las cosas materiales o espirituales... soy absolutamente inconstante y tan pronto estoy genial con una persona como puedo desaparecer de su vida... Esto incluso me ha parecido durante años una gran virtud, la de la independencia. No lo dudo ahora pero realmente me preocupa acabar solo en este mundo por esa falta de apego. A su vez, surge la falta de objetivos en mi vida, sueños que alcanzar, concretos, estimados y marcados en rojo en el calendario. Y eso sí que me da un miedo atroz. Llevo años arrastrando el tema de saber para que estoy vocacionado, a que me quiero dedicar realmente y poner en ello el centro de mi vida. No lo se. Y tengo miedo de acabar la vida ya no solo, sino más bien acabarla sin sentir haber hecho nada importante, nada que marque el futuro. Que lo transforme. Si no tengo apego a las personas no me recordarán y entonces ¿qué transciende de mi? Las cosas que hice. Pero ¿y si no hice nada relevante? Pues así están las cosas.

Por eso, quizá mi mayor pregunta actual es la misma que recorre constantemente los últimos años: ¿qué quiero hacer en mi vida? Y eso que ahora me siento realmente feliz por lo que en mi vida me asalta: trabajo, amistades, pareja, situación económica o familiar... todo es cómo para estar contento, como para estar dando gracias a Dios (ese gran olvidado ultimamente en mi vida) y sin embargo estoy como... frío.
Y no continuo porque no quiero pasarme otros 15 días sin pasarme por aquí... no quiero gastar este hilo, pues creo que puedo seguir haciendome preguntas... y quizá algún día también pueda darme respuestas.

No hay comentarios: