26 febrero 2008

Las 24 peores horas de mi vida. (V)

Y ellos lo tenían, le habían encontrado. Corrí 3 largos pasillos hasta él, le abracé y sólo me dijo, con voz quebrada: “Tu coche se ha averiado”. Estaba en shock, fuera totalmente, olía a quemado y llevaba la camisa por fuera. Si no fuera mi padre pensaría que era un vagabundo. Pensé que estaba muerto. No me importaba que me dijera que mi coche estaba literalmente “desaparecido”. El sólo llevaba 15 minutos ahí, y yo 3 horas dando vueltas buscándole... andaba lento pero no tanto. Se había perdido, había perdido hasta la cabeza, pues no sabía yo creo ni que hacía allí. Le cogí de la mano y le llevé al coche del vecino, como si fuera un niño pequeño, de paseo con su padre, sólo que él era el niño y yo el padre.
La imagen fue totalmente impactante. Un hombre derrotado. Durante las horas de búsqueda llegue a desilusionarme muchas veces. Realmente me parecía un milagro haberle encontrado con todo lo que podía haber pasado.
Es muy duro tornar los papeles. Desde entonces él es el hijo y yo el padre. No creí nunca que fuera tan pronto. Me está tocando muy joven asumir este papel. La mayoría de la gente tiene que hacer esto con mucha más edad. A mi me esta tocando hacerlo en medio de la veintena. ¿Cómo me siento? Realmente estoy confuso todavía. Estoy en una posición desconocida para mi, en un papel que además he evitado durante años. No tomar una decisión es una manera irresponsable de actuar pero era la más cómoda para mi: evitaba enfrentamientos, evitaba responsabilidades, vivía mi vida, y hacía para el resto del mundo como que todo era normal. No quería ser especial en este aspecto.No tengo mucho tiempo para reflexionar hoy. Ya me gustaría entrar más a fondo... pero tengo que marcharme y sin embargo, no quería dejar pasar este día.
Ahora prefiero recordar ese abrazo, como el abrazo más sentido que he dado en mucho tiempo. De algo malo siempre podemos sacar algo bueno...

No hay comentarios: