07 febrero 2008

Prisas.

Cuando el lunes todo era calma, hoy son todo prisas. Me voy de viaje este sábado y no tengo nada hecho. Un país desconocido, un idioma desconocido... me siento como si Tamara y su madre fueran a Groenlandia. Totalmente perdidas y nerviosas, con el ladrillo en el bolso por lo que pueda pasar.
Pues eso. Parece que todo se acelera y ahora no hay marcha atrás. No me doy cuenta de lo costoso que es organizar un viaje hasta que me meto realmente a ello. De hecho, muchas veces me gusta organizar cosas y no me doy cuenta de la magnitud de lo que realmente tiene ese hecho hasta que estoy dentro. Y yo que me defino como persona currante y organizada, me desarmo totalmente, lo dejo a la pereza, al “mañana será mejor día para hacerlo”. Cuando algo no te obliga, sino que lo tienes pendiente, es más facil dejarlo pasar. Eso me pasa con múltiples compromisos, los dejo pasar hasta el día que llega y o bien me entran las prisas, o bien quedo fatal ante las personas con las que me comprometí.
Me considero bastante voluntarioso, pero es cierto que he sido más fuerte en palabras que en hechos. Propongo teorías que seguramente son difícilmente realizables, y supongo que por mí en primer lugar, pues si no, no se entiende que no las realice.
Como decía un día es más fácil quedarse a gusto con tu propia mediocridad, que cambiar. Es más fácil decir “mañana será otro día” que decir “hoy es el día”. Es más fácil, esquivar el problema hacer como se dice en el mundillo “Brown Dispatching” (cómo me gusta este término) antes que asumir tu parte de culpa.
Por otra parte, ¡así va España! Estamos cansados de ver como uno trabaja y el resto mira, como asciende el más pelota, como cuando hay un accidente en la carretera o una obra todo el mundo se para a mirar. Ahora que han quitado El Tomate, aunque esto que voy a decir puede resultar poco ventajoso en este momento, estamos en la España del Tomate. Preferimos mirar las miserias de los demás, en lugar de algo que nos haga crecer... vamos, yo el primero, de nuevo: culpable.
Bueno, me estoy desviando del tema... en mi vida, no se si contagiado por la dinámica de este bendito país (del que por otra parte estoy totalmente enamorado) o por mi propia dinámica estática en la que me ahogo en un vaso de agua. ¡Yo que me considero un paradigma del trabajo, del currito puro y duro! Pues va a ser que no...Bueno, como siempre, tampoco hay que exagerar... en las prisas: busquemos la calma. Busquemos ante la desesperación la esperanza y como digo siempre (teoría no cumplida): con trabajo y un poco de buena suerte todo se puede conseguir.

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