17 marzo 2008

Pascua I

Llega el momento más importante para la vida de un cristiano: la Pascua.
Es en la Pascua donde se hacen presentes todas las facetas de la vida, desde el sufrimiento, el dolor, el pesar y la soledad hasta el dar la vida por los amigos, el amor como entrega y el servicio sin esperar nada a cambio... hasta llegar por fin a la eclosión final del Domingo de Resurrección.
Un Domingo que da sentido a todo lo demás, y que sin él, no hubiera trascendido un mensaje que moriría el Viernes para caer transportado a los infiernos: olvidado, denostado, perdido...
Sin embargo, tras la lluvia del Viernes siempre nos llega el rayo de sol del Domingo. Vengo comprobando por cierto en los últimos años que el Viernes Santo hace mal tiempo (incluso lluvia) y el Domingo siempre hace sol... como si la propia naturaleza supiera lo que recreamos en esos días.
Es ahora donde más se reafirma el mensaje de Jesús, donde se le da validez a un mensaje que bien podría haber sido dado por muchas personas. Un mensaje que desafiaba las leyes de la época, y que todavía hoy, tiene validez, porque sigue desafiando a todo el egoísmo del mundo, a todas las injusticias, a las muertes violentas y a las muertes de soledad, aún más graves...
Un mensaje vivo, que pasa los límites de la muerte, que nos habla de un más allá que da esperanza y trascendencia a la vida (y que no obliga a ser bueno como muchos creen, para “salvarse”). Que nos habla de un cambio de mentalidad: el amor por encima del odio, el servicio por encima del egoísmo, el sufriente antes que el pudiente.
Porque soy cristiano no puedo explicarlo en 20 líneas. Necesitaría ponerme a sacar textos y textos que me han marcado en mi vida. Tendría que contaros mis experiencias de fe, como me siento hijo de Dios, hijo querido y amado. Como siento que el camino de mi vida ha sido dirigido con cuidado y cariño hacia el buen camino, un camino nada fácil pero que merece la pena.
Sólo os diré que me es muy difícil vivir con radicalidad el mensaje. Es complicado en un mundo como el que vivimos en que tanto tienes, tanto vales. Es muy difícil tener ilusiones, esperanzas para el futuro... y poner el acento en los demás, en los otros, en los que sufren y muchas veces ni conoces.
Espero sacar más veces este tema, quizá no hablo más por el que dirán de mi, hoy en día ser cristiano está bastante desprestigiado. O quizá no hablo porque últimamente no hago presente mucho de esto, los días pasan demasiado rápido. Estos días quizá son más propicios para hacerlo. Ya hablaremos...

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