07 abril 2008

¡Qué necesidad!

Que necesidad de pedir de rodillas, de sufrir en la calle, esperando que te echen una moneda. Nunca me había dado cuenta de ese pequeño detalle. Cuando yo me pongo de rodillas en misa, me duelen y deseo ponerme en pie. El mendigo que pide de rodillas, ¿por qué se pone así? Que dolor... realmente tiene que estar muy necesitado para ponerse de rodillas y pedir, para aguantar horas y horas así, tras su cartel de cartón mal escrito en el que cuenta su historia más o menos inventada, en el que se compadece de sí mismo... mientras yo paso indiferente a su lado.

Que necesidad de encenderse un cigarro a las 9 de la mañana yendo al colegio. Con sus 14 años y con ese vicio. ¿Qué le lleva a esa situación? Nos estamos volviendo locos. ¿Quién le vendió el paquete? ¿Quién le dio la primera calada? No entiendo como una niña, porque es una niña, tiene esa necesidad de ir sola por la calle y encenderse su cigarrito, sin nadie al lado con quien aparentar ser algo. Confío en que sean tonterías de niñez y no “mono”, confío, pero no me fío.

Que necesidad de beber para pasárselo bien. Y si no lo haces, irte a casa, declarando que es una noche de rollo. Y si no lo haces cuando ellos sí lo hacen, eres un maricón. ¿En que nos estamos convirtiendo, dónde estamos llegando? Triste, pero así es, cada viernes y cada sábado, la misma declaración de intenciones: “Esta noche me voy a enganchar una...” Y pienso, que donde quedaron los planes chulos, que donde quedaron el cine y las palomitas, el deporte, los paseos...

Que necesidad de humillar al que tenemos al lado. Siempre queremos ser mejores que el otro, pero no queremos ser mejores por nuestras cualidades, nuestros méritos, al contrario... queremos ser mejores que el otro por comparación con él, por que no eres tú mejor sino que él es peor, él es el peor. Necesidad de humillar, de dejar mal, de tener detalles feos que sin embargo dan fama... en esta vida el graciosillo de turno siempre triunfa más que el listo, el inteligente, el tímido, el que vale... el que dentro tiene cosas diferentes se puede dar por vencido en esta guerra de apariencia.

No hay comentarios: