29 mayo 2008

Lo que hierran son las personas.

Yo pertenezco a un grupo cristiano de jóvenes, una Comunidad de Jóvenes. Hace un año, tras varios años de deriva decidimos ponernos a pensar que podía estar pasando (dejadez básicamente, falta de iniciativa y de gente responsable) y a tomar decisiones para ejecutarlo.
Yo presente un proyecto. Fue aprobado con un 90% de los votos del grupo. Mi proyecto se basaba en ser responsable, en ser consecuente con la opción que uno toma, en el compromiso que parte de una decisión personal antes que grupal. Si bien es cierto que daba bastantes toques relativos a la estructura, pues eso dinamizaría al grupo, le haría salir de su situación de letargo. Pero lo realmente importante de aquel proyecto giraba en el COMPROMISO. Lo dije varias veces y lo tengo escrito: “si cada persona no se compromete, el proyecto fracasará, da igual la estructura que tengamos, si no existe compromiso nos hundiremos.”
Tras un año de aquello, la situación actual no dista mucho de la de hace un año, al menos desde mi perspectiva de ideólogo.
La cosa comenzó bien en Septiembre con compromiso, ideas renovadas, ilusiones y gente comprometida. Pero con el paso de los meses se ha ido abandonando el proyecto y dejando de un lado el compromiso.
La asistencia bajó, las personas comenzaron a fallar, los que tenían que tomar responsabilidades no las tomaron y realmente empezaron a incumplirse hasta las propuestas de estructura.
Yo ahora mismo debería decir: “Os lo dije” pero la verdad prefiero callarme y aguantar el chaparrón que puede que algún día caiga sobre mí, cuando alguien diga: “Pues fue este quien nos propuso este modelo que nos hundió”. Y yo sólo podré decir que de nuevo, una vez más, ellos cayeron en el mismo error: la dejadez, la falta de compromiso y de respeto hacia el hermano comunitario que sí se toma en serio todo esto.
Me gustaría algún día ahondar más en todo esto (especialmente en el problema estructural ya que el compromiso no tiene mucho más que decir), ya que no es tan sencillo como aquí lo planteo pero realmente estoy muy cansado de depender de los demás. Estoy cansado de que los demás no se tomen en serio cosas que para mi sí que lo son. Estoy harto de la caradura de mucha gente que se aprovecha de lo que otros les tienen preparado. No nos equivoquemos y echemos mierda sobre las ideas que están muy bien como están. Lo que realmente falla son las personas. En este caso es así.

Ahora, tengo otra misión que me encomendaron a raíz de esto... un Think tank del pensamiento comunitario. ¿Hacia donde caminamos se preguntan? Pues como el Titanic... directos al iceberg. ¿Alguien quiere evitarlo?

Quizá algún día publique este artículo o incluso algún otro más concreto en una de las publicaciones de nuestra comunidad. Pero sólo el día que sus oídos estén preparados para la autocrítica, el día que dejen de tener oídos hirientes para tener oídos humildes y pecadores.

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