El Real Madrid se despierta del dulce sueño.

Tras lo visto el pasado Miércoles contra la Juventus y el domingo pasado frente al Almería, no puedo decir otra cosa que asisto ante un equipo que se ha despertado de un sueño, de un dulce sueño que quizá no merecía y finalmente se encuentra de nuevo en la realidad.
Durante los dos últimos años hemos asistido a una película en la que el malo (en este caso el malo es el que juega mal, el que no tiene jugadores determinantes, el que vivía en la mediocridad) ha ganado. Ha ganado dos ligas en dos años. No se hacía hace 20 años. Pero realmente daba vergüenza verle jugar, incluso he asistido a como mis amigos abandonaban la reunión futbolera porque se iban a dormir a casa.
Y creo que por fin, parece que se les ha acabado la flor que llevaban adosada a su trasero. Realmente, es una pena, una pena de equipo. El otro día leía en el diario MARCA un artículo que se titulaba “Papa, ¿por qué no nos hacemos del Barsa?” y realmente, hoy por hoy, a mi me cuestiona esa pregunta. ¿Por qué me da tanta pena, tanto sopor, tanta vergüenza pública y desconfianza el Madrid? Pues me dan todos esos males por lo siguiente.
Porque para empezar es un equipo sin un cerebro, tenemos a un atleta de maratón como Diarra, a un sucedáneo de Redondo como Gago, un par de francotiradores como Sneijder y Van der Vaart, y una eterna promesa icono gay, llámese Guti Haz. Sin cerebro caminamos sin ningún rumbo.
Porque es un equipo sin desborde más allá de Piernas de Cristal Robben. No existen bandas, no existen jugadores decisivos, que en el momento definitivo definan o sorprendan. No sólo no tiene iniciativa ni linea de juego, sino que además no tiene capacidad de sorpresa.
Porque es un equipo confiado en el gol a la veteranía. Y no está mal... si no fuera por la excesiva dependencia de que no haya lesiones o que los jugadores estén en el máximo momento de forma. Van Gol aún siendo increíble no es suficiente, y Raúl está lejos de su mejor forma.
Porque es un equipo en el que parece que en el vestuario pueden más los galones que el juego, y continuamente se desprecia a grandes talentos como Higuaín o De la Red. Porque se tiene miedo a emprender renovaciones y revoluciones, porque se prefiere malo conocido a bueno por conocer.
Porque es un equipo sin contundencia defensiva. Es más, con pasividad defensiva. Los bajones de juego de Cannavaro, Casillas o Sergio Ramos son los más claros. Las excesivas lesiones en esta línea sumadas a la irregularidad lo hacen un coladero.
Y sobretodo, porque el Madrid, hace tiempo que dejó de ser como dijo su presidente Calderón (un post otro día entero solito para él, lo prometo) “un equipo que busca la excelencia”. Hace tiempo que el Madrid como institución está lejos del Real Madrid. Ahora debería llamarse Madrid CF pues al Real Madrid CF no le llega ni a la suela de los zapatos... ni en clase ni en ambiciones ni en juego.