04 enero 2008

Las gemelitas, la locura y el castigo

Las gemelitas
Dios mio, no puedo contenerme más tiempo: ¡Cómo me ponen las gemelas de Gran Hermano! No se que tipo de morbo tienen pero esa inocencia, ese no saber de na, ese acento andaluz, ese cuerpo botijero,... me ponen.

La locura
Esto no es más que uno más de los morbos que en mi vida aparecen, que son unas ganas irremediablemente imparables de coger a una y hacer de todo.
El sentimiento irracional te dura lo mismo que el orgasmo, es decir, nada. Sin embargo, ahí está, presente, en cualquier momento tienes ese momento de locura que te hace perder la cabeza. Que haría que hicieses tantas tonterías...
Es como esos momentos en los que te dicen que te tires en paracaídas y vas y lo haces, como en esos momentos en el que alguien se pelea y tienes ese momento de decir “a mi amigo que no lo toquen que abro la cabeza a quien sea”, ese momento de “bebamos sin parar”.

El castigo
El problema es que todos esos vicios, o morbos, o pecados, sólo están al alcance de los sinmoral. Yo desgraciada o afortunadamente no me veo capaz. El momento de locura pasa por mi cabeza pero el sentimiento de culpa es tal, que me aterroriza, me paraliza, hace que pase una noche sin dormir...
Y luego pasa lo que pasa, que tras la borrachera, llega la resaca. Y yo tengo muy malas resacas. Es el castigo impuesto por la locura.
Realmente los seres humanos somos maquinaria perfecta: cuando herramos, nuestro cuerpo, nuestra cabeza o nuestro alma, nos pasa la factura. Perfectos.

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