12 diciembre 2008

La empresa

Ayer llegué a casa hinchado de euforia.
Quedamos unos amigos y yo. Llevamos un tiempo dandole vueltas a la idea de crear nuestra propia empresa de informática, ya que estamos harto del trabajo en las consultorías, que no tienen en cuenta nuestro talento y que no dan lugar a la imaginación: ni investigación ni innovación sólo desarrollo de parches y soluciones provisionales.
Salarios injustos, horarios infrahumanos y tratamientos y estructuras viciadas que no nos convencen. Además, tenemos ganas de trabajar juntos en algo, involucrarnos por algo nuestro y ser propietarios de nuestro futuro.
Ya están saliendo cosillas, poco a poco vamos definiendo que queremos hacer, hacia donde queremos caminar... y bueno, vamos en una misma sintonía hasta ahora.
Todo hay que decirlo, siento que yo tengo bastante voz protagonista. Yo he propuesto las ideas que de momento están saliendo adelante, yo estoy organizando un poco los pasos a seguir, yo he propuesto nombres para la empresa (hasta logos) y próximas acciones. Sí, la verdad, es que me siento importante y siento que tiene una gran parte de mi este proyecto.
Tengo un miedo y es que en un futuro me crea con más derechos que mis otros dos compañeros por llevar la voz cantante. O no sólo eso, sino que en un futuro empiece a reprochar a los otros su poca implicación o su falta de seriedad. La cuestión es que me ha pasado en casi todos los proyectos de mi vida que he realizado con más gente, tanto laborales como de otro tipo... y no quiero que sea así. Sobretodo porque me voy dando cuenta de que el rasero con el que mido a los demás no es el mismo que uso conmigo. Que realmente a mi me disculpo mi pereza o mi falta de compromiso de una forma mucho más sencilla que la hago con el resto del mundo. Que incluso, soy capaz de inventarme excusas para crear una realidad acorde a los sentimientos que expongo, aún a sabiendas que son mentira. Y de verdad, no quiero eso, no lo quiero en mi vida.

Estoy descubriendo cosas. Quizá este proyecto que ahora empieza a fraguarse me lleva al momento en el que descubriré lo que realmente quiero y busco para ser feliz. Sé que soy un eterno insatisfecho pero creo que puedo algún día decir que tengo mi empresa, que hace lo que me gusta, que disfruto con ella y que me gano la vida de esa manera. Aunque no me forre, con vivir de ello creo que me sentiría realmente realizado.

Saber que tengo a mis dos amigos al lado la verdad es que me da una seguridad que no podría tener embarcado en un proyecto unitario. Creo que es un pilar fundamental tenerles cerca, ya que si esto algún día va a más, nuestros futuros estarían unidos, vinculados de forma que mi bien sería nuestro bien, y mi mal nuestro mal. Es realmente bonito pensar en ese futuro vinculado. Y en el presente la verdad es que es un apoyo básico el no hacer esto sólo, porque si no, como tantos y tantos proyectos que he empezado, éste también se quedaría a medias.
Lo mejor de todo es que hoy por hoy esto no es un tiempo que un día pueda llamar perdido, sino que es invertido en estar con mis compañeros.

La empresa ha comenzado. Tenemos ideamos de dedicarnos a algo que vaya por delante de los pasos de lo que sociedad conoce. Nuestra vocación hacia la innovación parece clara. Y no lo voy a dudar en ningún momento: pensar en ganar dinero con esto también nos mueve y nos empuja hacia delante.

No hay comentarios: